Uno de los Dioses, el más pícaro y creativo, tramaba su próxima hazaña. A él se debía la creación de las sirenas y los centauros. Pero esta vez quería unir más formas. Así que colocó en su enorme caldero a algunas niñas, niños, hombres, mujeres, ovejas, osas pandas, perros, cabras, conejos, cerdos, peces, zamuros, chacales, cascabeles, colibríes, canarios y elevó hasta el máximo la temperatura. Le añadió sus polvos y líquidos mágicos y esperó ansiosamente. Después de varias horas, cuando ya se había logrado una masa, observó con detalle su nuevo invento y pensó que el nombre que mejor le correspondía era “Síntesis”. Con las otras creaciones no había habido problema en decidir su hábitat porque para formar a la sirena había tomado a una mujer que le encantaba bañarse en el mar, así que no tuvo ningún inconveniente de permanecer en el agua de por vida. Y con el centauro había tomado a un hombre que se la pasaba “al trote”, entonces siguió igual. Pero esta vez, con esta cantidad de seres unidos, había una gran polémica para decidir dónde habitarían. Así que si algún día estás en la playa, en el campo, en el medio de la ciudad, o en otros mundos maravillosos que accedemos dejándonos guiar por la imaginación y ves como si fueran nubes que jugaran, no te asustes, ése es “Síntesis” que aún decide dónde vivir.
Texto de Patricia Quintero Rodríguez
sábado, 15 de mayo de 2010
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oye pero que bueno ha quedado este texto... un enorme gusto acordarme de su origen y de haber compartido com esta escritora la gestación de aquella síntesis que más de una locura nos hizo pensar.
ResponderEliminarabrazos
ursula bsas
Úrsulli, recién estoy retomando el blog, qué alegría tu comentario y haber compartido esos momentos. Un gran beso para ti y otro para Antonia.
ResponderEliminarBellisima historia... muy original
ResponderEliminaraqui te dejo algo para compartir
http://mariaiholandarondon.blogspot.com